El rincón literario

(H)o(r)das Piqueteras


Con el fuego de mi amor

hago un piquete a tu corazón

Esta noche en mi habitación

primero para y después movilización.

En las rutas de la pasión

no solo hay cortes, sino tambien hay huelga

El otro día cortando la ruta dos

te vi con otro compartiendo una de acelga.

Grande fue mi enojo

al verte con ese croto

Fue como la gendarmería

reprimiendo a lo loco.

Dejo hasta el “Plan Trabajar”

por un abrazo tuyo de oso

Este poema va dedicado al amor de mi vida:

nina Peloso.

Puesía compuesta a cuatro manos (tres diestras y una zurda)

Argentina: el desprecio por los intelectuales

Comunicamos a los lectores que el Lic. Pyongyang y el Dr. Remolino retornarán a sus labores en este blog a la brevedad.

Su ausencia se debió a razones de fuerza mayor y fuerza policial debido a un negocio frustrado iniciado por el Lic. Pyongyang quien pretendió ingresar a este noble país un cargamento de computadores de la afamada marca Atari, por la frontera con Paraguay.

El Dr. Remolino, quien conducía el camión con los preciados bienes, fue interceptado y fue así como el personal policial que contaba con un perro policía (N. del R: un can de la policía) procedió a detenerlos al encontrar que las Atari no tenían ni una sola copia del juego “Donkey Kong”.

Además descubrieron luego en sede policial que el camión no tenía patente, el Dr. Remolino no tenía licencia de conductor ni estaba afiliado al Sindicato de Camioneros y que el camión había sido robado a la productora de Gerardo Sofovich durante la filmación de “Te rompo el rating”.

Así, nuestros intelectuales fueron puestos en celda común donde iniciaron una huelga de hambre por su libertad, en consonancia con la falta de alimentos debido al paro agrario.

La huelga culminó con el levantamiento del paro del campo.

Pero a pesar de estas adversidades, no abandonaron sus labores de a-fumados escritores. En sus meses de injusta detención elaboraron un ensayo al que titularon “Nuestra Lucha”, titulo que por presiones del Inadi fue reemplazado por : “Nuestro rencor hacia todas las minorías que no nos agradan y por nuestras vidas miserables ".

Finalmente, debido a su buena conducta y a un hueco en la pared realizado por unos albañiles ebrios en un terreno vecino, nuestros queridos intelectuales quedaron en libertad.