viernes, 4 de enero de 2008

Ciencia - antropología: exhumando al peronismo

En su vasta experiencia política los autores de este blog han recopilado una serie de señas particulares y características singulares que son propias de ése auténtico espécimen que es el homus peronista.
A continuación les ofreceremos un breve compendio que le permitirá tanto al ciudadano más común como al más el más encumbrado dirigente político distinguir si se encuentra frente a esta auténtica bestia política.

Ante todo un poco de historia.
A lo largo de la evolución del peronismo se han dado transformaciones que han hecho evolucionar por distintos caminos al sujeto de nuestra investigación. Sobre este punto aclara el distinguidísimo Profesor César Gabriel Remolino, adjunto de la cátedra de estudios antropológicos de la Universidad Nacional de Peronia, que “existen diferentes procedencias para el sujeto peronista. No es lo mesmo un peronista de estrasión sindical a uno que es medio milico, como no es lo mesmo un tomate perita que una pera tomatito”, aseguró el catedrático durante una entrevista realizada en el bufete de dicha universidá.

Sin más preámbulos pasaremos a explicar las características del espécimen cuyos registros se han encontrado en mayor y mejor estado de conservación, ya que el afamado arqueólogo social Eurípides Farias Gómez extravió gran parte de ellos durante una visita relámpago al casino de Mar del Plata, donde los cambio por unas pocas fichas.

Peronismo Sindical
Analizaremos entonces al más pintoresco y simpático de los subespecimenes del género peronista: nos referimos sin duda alguna al sindicatus peronius, cuya fisonomía presenta en sus orígenes una envergadura ósea y muscular robusta, debido sin dudas a su dieta y a las actividades que solía realizar. Es así que cuando el arqueólogo Eurípides Farias Gómez descubrió las primeras osamentas de este espécimen exclamó: “A este cristiano le robaron el cuello” en referencia a la falta piezas cervicales que caracterizaron a este ser, y prosiguió explicando: “No me cabe la menor duda, viendo estos güesos, que estos muchachos no sólo tenían una dieta rica en grasas animales, sino que su porte indica un sedentarismo extremo, al punto de que creo que nunca hacían nada en su vida”.

Podríamos sintetizar la complexión de un típico sindicatus peronius, también conocido como peronistas robustus por las siguientes características fisonómicas, que ya pasamos a enumerar:

a) Cavidá’ craneana espaciosa en su interior y en relación inversa con la masa encefálica. Generalmente habitada en su exterior por un tupido cabello de tono oscuro, que solía llevar enmarañado y poco aseado y un parental frontal ancho.
a bis) Capítulo aparte merece el maxilar y sus piezas dientarias: características éstas de las más importantes para reconocer al sujeto. El peronistas-robustus presenta un maxilar altamente desarrollado debido a su dieta carnívora, la cual a traído sus consecuencias en las piezas dientarias. Se puede colegir esto por el estado avanzado de desgaste de los dientes, lo cual ha llevado a muchos científicos a estimar que dicho cuadro era altamente propicio para el desarrollo de bacterias que habrían influido en la aparición de la halitosis de este espécimen, favorecido además por su tendencia a la falta de higiene. Algunos de estos especimenes ante la perdida irremediable de su comedor apelaban a la reposición artificial del mismo. Prótesis que solían desprenderse del maxilar en los momentos más inoportunos.

b) Caja torásica o “pechito de paloma”. Un auténtico peronistas robustus se distingue por una caja torásica voluminosa según el investigador de la universidad Héctor J. Camporita, Carlos Trinidad Fal, que además agregó “durante mis dos largas semanas de investigación en compañía de las apetecibles investigadoras que me fueron asignadas para la tarea, he concluido que el tamaño del pecho se fue ampliando a través del tiempo debido a su actividad alocutoria, que solía hacer a grito pelado. Sumado a su mal estado físico por andar comiendo porquerías todo el día”.
Se deduce entonces que una panza considerable era necesaria para la supervivencia de este espécimen, que a modo de los dromedarios la utilizaría para almacenar ingentes cantidades de alimentos y de sustancias liquidas con alto contenido etílico.
Esta sustancia peculiar fue investigada oportunamente por el prestigioso Dr. Bernardo Houssey, apelativo con el que se hace llamar Florencio “Tito” Cucuza, químico aficionado del partido de Derqui: “Se encontraron piezas fosilizadas de los recipientes que contenían este líquido, que en su momento solía denominarse “Uvita”, y que resulta que a la final era un vino mas ordinario que canapé de cantimpalo”. Al mismo tiempo, consultado sobre el origen del citado liquido, el rector de la universidad Isabel III de Peronia, Marcos Holgado, dijo: “ése vino ordinario parece que era necesario para los rituales que llevaba a cabo el peronista-robustus, siendo imposible realizarlos con bebidas de mayor categoría”.

De este modo cerramos el primer capitulo del análisis del sujeto peronista y del predicado sindical.

Prosimamente hablaremos del peronistus derechensis.-